Ermita de San Saturio (Soria)

Es considerado popularmente, en su enclave paisajístico, uno de los parajes más bellos que posee la ciudad.

Inicialmente los restos de San Saturio reposaban en esta cueva encima de la que fue construida la ermita, pero al construirse el edificio religioso se trasladaron al altar mayor del templo.

El arquitecto fue Pedro de Ajín, en pleno período barroco, aunque la ermita es sobria en cuanto a la piedra, que no en lo que respecta a sus retablos y pinturas, en donde el barroco exultante está en su plenitud.

He vuelto a ver los álamos dorados, álamos del camino en la ribera del Duero, entre San Polo y San Saturio, tras las murallas viejas de Soria - barbacana hacia Aragón, en castellana tierra -.

Otra leyenda que se cuenta es la llegada del Monje, por su parecido con un personaje de la tradición abulense.

Avanzado en el recorrido, se encuentra una vidriera que narra otro milagro atribuido al San Saturio, sobre un niño llamado Romualdo que se precipitó al río por esa ventana resultando ileso por su intervención.

Si vamos a la izquierda se encuentran las dos salas capitulares, las Salas del Ayuntamiento y de Los Canónigo desde cuyos balcones se contempla el bello panorama de las orillas del Duero.

Además en el retablo mayor barroco se encuentra su relicario del siglo XVII.

A lo largo de los siglos, se han ido sumando diferentes restauraciones, las más significativas en La iglesia, concretamente en los frescos.

Vista de la ermita en una ilustración de la segunda mitad del siglo XIX