La tradición sitúa a San Saturio como un eremita soriano que vivió en la segunda mitad del siglo VI.Durante siete años le enseñó las virtudes evangélicas, hasta que murió.Así fue como Saturio, por aclamación popular se elevó a los altares, práctica aprobada por la Iglesia entonces.En 1628, san Saturio fue recibido como patrón de Soria y con tal motivo se celebró un festejo taurino extraordinario en el que contribuyó el Estado Noble (Los Doce Linajes) junto con las demás comunidades a petición del ayuntamiento.La ciudad abre el mes de octubre con un novenario en honor a San Saturio, cuyas reliquias son procesionadas.Es tradición, por otra parte, celebrar una romería a la ermita de San Saturio.[3] También se conserva de esta localidad una lámina del siglo XVIII con un canto, en verso y en catalán a San Saturio.Es una talla policromada de 0,93 metros del siglo XVII y estilo barroco.