Se celebran del 1 al 5 de octubre aunque las actividades que se extienden a los fines de semana anteriores y posteriores a estos días.
De aquí proviene un dicho local: "haga frío o calor San Saturio el día 2".
La tradición sitúa a San Saturio como un eremita soriano que vivió en la segunda mitad del siglo VI.
Cuando sus padres murieron repartió sus bienes entre los pobres, siguiendo los consejos evangélicos y se retiró a una cueva en la Sierra de Santa Ana, donde llevó una vida de oración continua y de contemplación y construyó un oratorio en honor del Arcángel San Miguel, del que era muy devoto.
Durante siete años le enseñó las virtudes evangélicas, hasta que murió.
San Prudencio quiso volver a la cueva de Saturio para rendirle un homenaje, y organizó una peregrinación para venerar las reliquias de su maestro, a quien desde entonces tuvieron por santo.
Así fue como Saturio, por aclamación popular se elevó a los altares, práctica aprobada por la Iglesia entonces.
En 1630, hallamos otro acuerdo por el que se dispone hacer una rogativa, por la falta de lluvia, de manera que se bajó a la Virgen del Mirón a la Concatedra de San Pedro, llevando también allí al Santo, para llevar a las dos imágenes en procesión.
El día del patrón, el 2 de octubre, por la mañana tiene lugar la Santa Misa en la Concatedral de San Pedro y por la tarde la procesión con las reliquias del santo, con parada en la Plaza Mariano Granado en la que se quema una traca en honor a San Saturio, con Capilla del Santo.
Esta costumbre ha durado hasta hace pocos años, en que los cofrades de los Heros, considerando que era ridículo vestir aquellos antiguos trajes, se limitaron a asistir sencillamente, sin uniforme, como otra corporación cualquiera.
Los cabezudos, encargados a la misma empresa son Napoleón, Payaso, la Bruja, el Negro o el Diablo.
En 2017 se incluyó una nueva pareja de gigantes, el rey Alfonso VIII, que nació en Soria, y su esposa Leonor Plantagenet.