La eparquía extiende su jurisdicción sobre los fieles católicos de rito bizantino rumano residentes aproximadamente en la región rumana de Crișana.La sede de la eparquía se encuentra en la ciudad de Oradea (o Gran Varadino o en húngaro Nagyvárad), en donde se halla la Catedral de San Nicolás (Catedrala Greco-Catolică Sfântul Nicolae).En 2019 en la eparquía existían 152 parroquias, entre ellas la parohia greco-catolică maghiară din Carei de Oradea, que es de lengua húngara.[5] Luego de la muerte del eparca Valeriu Traian Frențiu, quien murió en prisión durante la persecución comunista, el obispo auxiliar Iuliu Hirțea ejerció el episcopado en la clandestinidad.[7] El 2 de junio de 2019 el papa Francisco beatificó a siete obispos mártires greco-católicos torturados bajo el régimen comunista rumano, entre ellos al obispo eparca de Oradea, Valeriu Traian Frențiu.