Envidia del pene

Freud consideraba esta realización un momento decisivo en el desarrollo del género y la identidad sexual de las mujeres.

Sigmund Freud introdujo el concepto de interés (y envidia) de la niña por el pene en su artículo de 1908 Teorías sexuales infantiles, pero esta idea no se desarrolló plenamente hasta mucho más tarde, en 1914, cuando se publicó su obra sobre el narcisismo.

El término cobró su significación a medida que Freud iba gradualmente definiendo sus puntos de vista sobre la sexualidad femenina.

El deseo sexual por su padre la hace querer sustituir y eliminar a su madre.

La niña se identifica con su madre, para así aprender a imitarla y poder reemplazarla.

Si bien constituyó un concepto muy importante por varias décadas, la envidia del pene ya no es considerada como central por algunos psicoanalistas modernos.

Así, por ejemplo, Karen Horney denunció una influencia de los factores culturales en la construcción de la teoría psicoanalítica que evitaban que la mujer se expandiera y desarrollara sus posibilidades personales y sexuales.