Enriquecimiento ambiental (neural)

El enriquecimiento ambiental se refiere a la estimulación cerebral por parte de su entorno físico y social.

Además, se ha sugerido que el enriquecimiento ambiental lleva a un aumento en la reserva cognitiva, la capacidad del cerebro para resistir los efectos de condiciones como el envejecimiento y la demencia.

[1]​ Sin embargo, en sus investigaciones no se estudió el cerebro ni utilizó ambientes enriquecidos y pobres de acuerdo a un estándar.

Las primeras investigaciones que estudiaron esto comenzaron en 1960 en la Universidad de California en Berkeley a cargo de Mark Rosenweig, quien comparó a ratas criadas en jaulas solas con aquellas criadas en jaulas con juguetes, escaleras, túneles, ruedas y junto con otras ratas.

Parte del efecto que tiene un ambiente enriquecido se da por proveer oportunidades para adquirir habilidades motoras.

[27]​ Los ambientes enriquecidos afectan la expresión de los genes en la corteza cerebral y en el hipocampo que determinan la estructura neuronal.

[34]​ Se ha descubierto también que cambios en la vía de señalización WNT imita los efectos del enriquecimiento ambiental en ratones adultos sobre las sinapsis en el hipocampo.

Existen dos áreas principales en las que se han enfocado estas investigaciones: rehabilitación neurológica y reserva cognitiva, la capacidad de resistencia del cerebro a los efectos de la exposición a factores físicos, naturales y sociales que podrían dañarlo.

Aunque la mayoría de estos experimentos usan modelos animales, principalmente roedores, los investigadores se han enfocado en áreas del cerebro de animales que tienen un mayor parecido con el cerebro humano y han tomado sus hallazgos como evidencia para demostrar que los humanos tendrían reacciones similares en ambientes enriquecidos.

[38]​ Las investigaciones han indicado que el enriquecimiento ambiental puede ayudar a aliviar problemas motrices y psiquiátricos causados por la enfermedad de Huntington.

[39]​ Múltiples estudios han reportado que el enriquecimiento ambiental en ratones adultos ayudan a aliviar la muerte neuronal, particularmente benéfico en personas con la enfermedad de Parkinson.

[41]​ Además, también se ha encontrado que el enriquecimiento ambiental tiene efectos benéfico respecto a las implicaciones sociales en personas con esta enfermedad.

Así se concluyó que un ambiente enriquecido tiene efectos benéficos considerables en el aprendizaje y en las funciones sensitivomotoras en animales después de un accidente cerebrovascular.

[45]​ El mismo estudio mostró que otras dos semanas después de haber dejado el ambiente enriquecido, las ratas retuvieron su mejora en la agudeza visual.

[45]​ Algunos estudios han demostrado que con la ayuda de un ambiente enriquecido, los efectos del aislamiento sensorial pueden revertirse.

Algunos estudios han demostrado que el enriquecimiento ambiental puede revertir el daño al hipocampo inducido por la exposición a plomo.

Estos hallazgos también mostraron que estar en ambientes enriquecidos genera una especie de protección natural contra los daños causados por la exposición a plomo.

[47]​ Las investigaciones han indicado que los animales que sufren de lesiones a la médula espinal mostraron tener una mejoría significativa en sus capacidades motrices al estar expuestos a un ambiente enriquecido, incluso cuando el tratamiento se demora después de una lesión.

[48]​ Las interacciones sociales, el ejercicio y la novedad desempeñan papeles importantes en la recuperación de un sujeto que ha sufrido una lesión.

El enriquecimiento ambiental incrementa la neurogénesis en roedores senescentes al potenciar la diferenciación neuronal y la supervivencia de nuevas células.

[52]​ Aunque las investigaciones respecto a los ambientes enriquecidos se han realizado en su mayoría en roedores, efectos similares ocurren en primates,[53]​ y probablemente afectan al cerebro humano de la misma forma.

No obstante, la investigación directa sobre sinapsis en humanos y sus números son pocas, puesto que esto requiere un estudio histológico del cerebro.

[54]​ La imagen por resonancia magnética (MRI por sus siglas en inglés) ha ayudado a detectar expansiones localizadas en la corteza cerebral de individuos después de haber aprendido a realizar tareas complejas como leer en un espejo (en este caso en específico en el lóbulo occipital),[55]​ malabarear 3 pelotas (área medial del lóbulo temporal en ambos lados y el sulco intraparietal izquierdo posterior),[56]​ y cuando estudiantes de medicina estudian intensamente para los exámenes (la corteza parietal posterior y lateral en ambos lóbulos).

Un roedor no es estimulado por el ambiente en una jaula, y afecta de manera negativa su cerebro, en particular la complejidad de las conexiones sinápticas.