Al empezar su joven adultez, Enrique Álvarez Bonilla se dedicó a la enseñanza, una vocación que mantuvo durante toda su vida.
Más sin embargo su modestia lo llevó a no incluir su propio nombre en los prólogos de estos libros.
[3] Durante su carrera él enfatizó la importancia del amor a la patria como un deber fundamental y abogó por la responsabilidad de amar a la nación en la misma medida en que amamos a nuestros padres, destacando que este amor patrio no es egoísta, sino un compromiso hacia la patria que nos ha brindado protección y cuidado.
[3] Álvarez también escribió un libro llamado "Caracteres," en el que trazó retratos de personajes y reflexionó sobre temas filosóficos.
A pesar de su juventud al escribirlo, sus observaciones y enseñanzas son notables.
Enrique Álvarez Bonilla fue honrado con múltiples reconocimientos y homenajes después de su fallecimiento en 1913.