En carne viva (película de 1951)

María Antonia (Rosa Carmina), es una ingenua bailarina de cabaret que es seducida y abandonada por un marinero que consigue engatusarla con facilidad.

[1]​ Muy cuidada formalmente, En carne viva tiene sus mejores momentos durante la primera hora del film, donde la belleza criolla de Rosa Carmina destaca con luz propia entre la frondosidad recreada en estudio de un Veracruz donde Rosa Carmina parece su princesa azul de ensueño.

Sobre todo, la película es un festín para que los ojos se recreen una y otra vez en la belleza de la actriz cubana, que ejecuta muy bien su personaje: no sólo su mirada oblicua y desconfiada resulta enormemente seductora, sino que también resultaba muy verosímil al pasar de la ternura a la sensualidad, de la angustia a la sabia resignación.

[1]​ El productor, Alfonso Rosas Priego, le tenía especial cariño al argumento.

La cinta fue, además, ensayada como si fuera teatro, algo muy poco común en el cine de la época[2]​