Su abuelo paterno, don Severo Peregrino, era haitiano, y había emigrado a México en el siglo XIX.
Allí la conocieron don Emilio Azcárraga Vidaurreta y Enrique Contel quienes la bautizaron como Toña la Negra.
Su tono de voz era más bien grave, con un sonido aterciopelado y redondeado, e impecable técnica vocal, características que se convirtieron en su sello interpretativo personal.
Sus grabaciones para el sello RCA Victor constituyen uno de los más preciosos legados musicales en la historia del bolero.
[5] Para RCA Víctor, grabó varios discos de larga duración, entre ellos Caleidoscopio musical con Toña la Negra, Noche criolla, vol.
[3] En una entrevista, Ruiz Pazos habló acerca de las cualidades artísticas de Toña: El cineasta alemán Christian Baudissin realizó un documental sobre Toña la Negra para televisión en 1993 con entrevistas con su exmarido el músico Vittillo (Víctor Ruiz Pazos) y otros artistas que la conocieron en vida.