El maestro del coro fue el primero en reconocer su talento y en darle lecciones de canto.
[2] Mientras permanecía allí conoció a Jorge Negrete, Alfonso Ortiz Tirado y Juan Arvizu.
José Mojica lo recomendó más adelante con Alejandro Cuevas, quien al escucharlo se ofreció también a darle lecciones sin costo.
[2] En su primera visita a Buenos Aires grabó para el sello RCA Víctor dos temas de su autoría: "Porteñita mía" y "Me fui", con el respaldo musical del pianista José Agüeros y el violinista Elvino Vardaro.
Con un extenso repertorio que incluyó temas líricos como "Jinetes en el Cielo", canciones rancheras como "Allá en el Rancho Grande", boleros como "Obsesión", cantado a dos voces junto a Beny Moré; y temas nostálgicos como "Alfonsina y el mar", Pedro Vargas recibió de parte del público el calificativo de "Ruiseñor de las Américas".