Elvira Moragas Cantarero
[1][2] Su primera inclinación fue la de seguir a su padre en el negocio farmacéutico.Destacó en sus estudios y se convirtió en una de las primeras mujeres en convertirse en farmacéutica.Después de la muerte de su padre asumió el control del negocio para luego apartarse y dejar que su hermano tomara las riendas cuando ingresó en un convento.Pero fue detenida y luego fusilada en medio de la noche cuando la milicia se enfureció con su silencio durante los interrogatorios.Su director espiritual en esta época fue San José María Rubio Peralta.Desde allí siguió ocupándose de la farmacia hasta que su hermano Ricardo consiguió el título de Farmacia y se hizo cargo del negocio para que ella pudiera seguir su vocación religiosa.[3] Durante los interrogatorios permaneció en silencio mientras sus interrogadores preguntaban dónde estaban escondidos los tesoros del convento ya que en los registros no encontraron nada de valor.Su silencio causó gran enojo a sus interrogadores, que la presionaron para obtener información.Esto enfureció a los milicianos, que decidieron matarla al no poder obtener información de ella.