En 1925, siendo aún estudiante universitaria, se unió al movimiento feminista y publicó en la revista Vida Académica una impugnación del contenido despectivo en relación con las mujeres que estudiaba la obra El tercer sexo, de Júlio Dantas.
En este cargo, que ocupó en el período 1928-1929 y en 1931, promovió una revisión de los estatutos del Consejo y desarrolló una intensa actividad, especialmente en la defensa del derecho a la participación femenina en la vida política y en la lucha por la conquista del ssufragio femenino.
Para ello presentó varias comunicaciones en congresos y reuniones públicas, entre ellas las tituladas La protección de la mujer trabajadora y Sobre la situación de la mujer profesional en el matrimonio.
El matrimonio tuvo dos hijos, Antero da Palma-Carlos, médico, profesor y especialista de renombre mundial en inmunoalergología,[7] y Guilherme da Palma-Carlos, juez-consejero.
Está enterrada en el Cementerio del Alto de São João.