António de Spínola recurrió a este prestigioso abogado para que formara el primer gobierno de Portugal tras la Revolución de los Claveles.
Con buenos conocimientos económicos y con la simpatía de los progresistas, tenía el perfil necesario para garantizar la respetabilidad del nuevo gobierno en los medios conservadores e internacionales.
Pero una coyuntura política en la que la balanza de relación de fuerzas se inclinaba dedidamente a la izquierda, no hizo que el gobierno fuera tarea fácil.
En vano procuró el presidente de la república crear una fuerte corriente nacional y militar que reconfortase su posición política, a través de apelamientos al buen pueblo portugués.
En consecuencia, Palma Carlos pedirá su dimisión.