Los restos óseos no muestran mayor diferencia respecto a los elefantes indios, excepto por el tamaño.Los datos no fueron concluyentes en cuanto a si esta población tenía un origen natural o uno antropogénico, aunque el primero es la hipótesis más favorecida.El rey asirio Asurnasirpal II se jactaba de cazar elefantes, junto con toros salvajes y leones.Se ha sugerido que la fecha de extinción sería en torno al año 700 a. C., con base en evidencia histórica y osteoarqueológica.El general cartaginés Aníbal tuvo un elefante de guerra conocido como "Surus"; se ha sugerido que el nombre significa "el sirio" (o "con un colmillo"[10]).