Sus miembros son el cromo (Cr), molibdeno (Mo), wolframio (también denominado Tungsteno) (W) y seaborgio (Sg).
[2] Aunque erróneamente identificado como un compuesto de plomo con selenio y hierro, el mineral era crocoite con la fórmula PbCrO4.
Al igual que el grafito, la molibdenita puede utilizarse para ennegrecer una superficie o como lubricante sólido.
Peter Jacob Hjelm aisló con éxito el molibdeno utilizando carbono y aceite de linaza en 1781.
Scheele y Torbern Bergman sugirieron que podría ser posible obtener un nuevo metal mediante la reducción de este ácido.
En la Segunda Guerra Mundial, el molibdeno volvió a tener importancia estratégica como sustituto del tungsteno en las aleaciones de acero.
[18] En la Segunda Guerra Mundial, el wolframio desempeñó un papel importante en los tratos políticos de fondo.
La resistencia del wolframio a las altas temperaturas y su fortalecimiento de las aleaciones lo convirtieron en una importante materia prima para la industria armamentística.