Electrónica impresa

Se espera que la electrónica impresa facilite la electrónica generalizada, de muy bajo costo, de bajo rendimiento, para aplicaciones como[1]​ pantallas flexibles y enrollables, células solares flexibles, baterías impresas, etiquetas inteligentes, envases inteligentes, etiquetas identificadoras por radio-frecuencia (RFID), carteles decorativos y animados, iluminación y la ropa activa que no requieren un alto rendimiento.

La impresión en sustratos flexibles permite a la electrónica que sea colocada en superficies curvas, por ejemplo, poniendo las células solares en los techos de los vehículos.

A la electrónica híbrida se unen nuevas ventajas:[2]​ Con todos estos requerimientos ha surgido la tecnología Ultra Flexible Printed Circuits (UFPC),[3]​ que permite que los componentes electrónicos tradicionales de silicio sean soldados directamente sobre el plástico.

[4]​ El primer circuito impreso fue producido en 1936 por Paul Eisler, y este proceso fue utilizado para la producción a gran escala de radios por EE. UU.

En 2011, investigadores del MIT crearon una célula solar flexible mediante la impresión de tinta con tecnología Inkjet sobre papel normal.

[7]​ En 2018, los investigadores de la Universidad Rice han desarrollado células solares orgánicas que pueden imprimirse sober superficies.

Se ha demostrado que estas células solares alcanzan un máximo de eficiencia del quince por ciento.

[11]​[12]​[13]​[14]​ Otra empresa, Rotimpres con sede en Girona (España), ha introducido con éxito aplicaciones en distintos mercados como por ejemplo; calentadores para muebles inteligentes o para evitar la niebla e interruptores capacitivos para teclados en electrodomésticos y máquinas industriales.

Impresión, mediante huecograbado , de estructuras electrónicas en papel.
La electrónica convencional y la impresa son complementarias.