El valle de Andorra

Nº3 Cuarteto.Teresa, Luisa, Colás y Marcelo, “Cual en el claro seno de limpio rio”.

Flautín, flauta, 2 oboes, 2 clarinetes, 2 fagotes, 2 trompas, 2 cornetines, 2 trombones, figle, timbales, caja, tambor, triángulo, bombo, platillos y cuerda El asunto es sencillo pero interesante.

Llega el capitán Alegría a recoger los mozos, entre los cuales se sortea quienes han de ir o quedarse.

Aunque sospecha de María, no se atreve a acusarla, hasta que el capitán Alegría le dice que quien le dio el dinero en nombre de Víctor fue aquella muchacha.

Entre tanto, Víctor andaba muy confuso, porque su novia y prima Luisa, le habría asegurado de la manera más formal no haber sido ella quien había entregado el dinero para librarle de ser soldado.

Gaztambide compuso para esta obra una música superior en varios conceptos a la que hasta entonces había escrito.

La orquesta preludia con un canto de violines que apoyan los violoncelos con sus notas picadas y acompañan dulcemente las violas, poco a poco van entrando los instrumentos de viento menos ruidosos a enlazarse con ellos.

Sigue un coro bellísimo de campesinos: ”Al campo marchemos-la noche pasó- y el monte coronan-los rayos del sol”, que todas las noches el público hacía repetir entre grandes aplausos.

Esta música campestre y pastoril era de las que mejor sentía y sabía reproducir el maestro Gaztambide, como hemos tenido ocasión de notar en "La Mensajera", en la despedida que el músico Don Gil dedica a su aldea.

Sigue luego un delicioso cuarteto en que litigan la vieja malicia del pastor con la pudorosa pasión de las dos aldeanas, a quienes, sin nombrarlo, les descubre quien es el galán amado cada una, sembrando ya los celos en ellas, pues los describe con los mismos versos, dándoles a entender que es uno mismo el de ambas.

El acto tercero tiene menos importancia porque en parte era ya imposible estirar más la cuerda del sentimiento sin que se rompiese.

Luis Muriel pintó vistosas decoraciones: se hicieron trajes para el coro(instruido por Barbieri y bajo la férrea mano de Gaztambide) que se convirtió en la perfección misma al igual que la orquesta.

Josefa Rizo dio valor al papel poco apreciado que tuvo a su cargo.

De ella, el periódico La Época diría:"Su traje nos pareció demasiado rico para una aldeana del Pirineo.

En la música destaca especialmente una escena y coro de alguaciles debido a Gaztambide.