El sí de las niñas

[1]​ Se trata de una comedia en prosa dividida en tres actos que llegó a ser prohibida por la Inquisición.

En 1815, con la restauración del rey Fernando VII, la Inquisición española encontró motivos suficientes para prohibir esta comedia y La mojigata.

Rita, criada de Francisca, los ayuda para que puedan estar juntos y Don Carlos anule el casamiento de Francisca y Don Diego, al que la joven se siente obligada por obedecer a su reverenda madre.

El carácter de la obra es didáctico como corresponde al teatro del Neoclasicismo, plantea un problema cotidiano y desprende una enseñanza conforme a los dictados de la razón, ya que su fin es criticar la autoridad que ejercen los padres sobre sus hijas respecto al matrimonio, obligándolas a tomar por marido al mejor partido financiero.

Los matrimonios por conveniencia entre mujeres jóvenes y hombres maduros no eran del agrado de los pensadores de la Ilustración (a los cuales se adhiere Moratín) por dos importantes razones: Hay que tener muy en cuenta que Moratín nunca fue un revolucionario, sino un reformista que pensaba que una situación injusta debía dar paso a otra justa a través de cambios mesurados, y jamás por actos de subversión contra la autoridad.

Casalduero dice que don Diego impone a la vida la pauta de la razón.

[2]​ El tema era frecuente: trama parecida presenta The Irish Widow (1772) de David Garrick, el famoso actor inglés, cuya obra había sido traducida casi inmediatamente en endecasílabos españoles y publicada en Barcelona alrededor de 1775 por Carles Gibert i Tutò.

Luego lo convertirán en la zarzuela Doña Francisquita Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw.

Portada de la edición príncipe de El sí de las niñas (Madrid, Imprenta de Villafranca , 1806).