Como prueba adicional de la universalidad del lenguaje, Pinker, basándose principalmente en el trabajo de Derek Bickerton, señala que los niños inventan espontáneamente un habla gramatical consistente (un criollo) incluso si crecen entre una población de culturas mixtas que hablan un pidgin comercial informal sin reglas consistentes.
Algunos han desafiado las suposiciones de Pinker sobre la naturaleza innata del lenguaje.
El lingüista inglés Geoffrey Sampson ha refutado algunas de las afirmaciones hechas en el libro sobre esto.
Webster acepta el argumento de Pinker de que, por motivos ideológicos, los científicos sociales del siglo XX han minimizado el grado en que la naturaleza humana está influenciada por la genética.
Webster cree que tales especulaciones fortalecen a los partidarios del determinismo genético extremo.