El gorro frigio

[3]​ Si la obra representada estaba ambientada en su momento actual, los personajes iban vestidos a la moda de esos años.

En esta obra el chulo salía a escena con una chaqueta y sombrero hongo que era el traje utilizado por el obrero medio del Madrid de aquellos años.

Los números musicales, pegadizos pero no vulgares contribuyeron al éxito desde la misma noche del estreno —los autores salieron cinco veces al escenario a requerimiento del público— y durante las doscientas y pico representaciones que se dieron seguidas.

Flautín, flauta, oboe, dos clarinetes, dos fagots, dos trompas, dos cornetines, dos trombones, figle, timbales, caja, bombo y cuerda.

La acción y los números musicales comienzan cuando van llegando al periódico diferentes personajes cada uno con sus problemas o protestas.

Después aparece una bailarina fingiendo ser italiana, muy agradecida a las críticas recibidas; como italiana canta una barcarola pero al descubrirse que es madrileña y que había estado en Cuba en alguna ocasión, canta la célebre habanera Paseando una mañana (o La mulata Trinidad).

Homenaje a los saineteros madrileños.