Su familia solicita la intervención del Ministro de Hacienda, José Yves Limantour, quien se entrevista con Madero en la cárcel en San Luis Potosí.
Después de la entrevista, Madero deja la cárcel y escapa en tren a Estados Unidos.
En Puebla, los hermanos Serdán son descubiertos mientras se preparan para el levantamiento armado convocado por Madero.
Inicia la balacera que concluye con su detención y muerte, así como la de sus seguidores.
Al conocer este hecho, Madero nombra a Victoriano Huerta como jefe militar de la plaza en reemplazo del general Lauro del Villar, herido al defender Palacio Nacional.
Durante los siguientes días, parte de la capital es víctima del fuego entre las fuerzas encabezadas por Huerta y los golpistas que resisten en la Ciudadela.
Madero pierde el control y Huerta se fortalece gracias a la intervención del embajador de Estados Unidos, Henry Lane Wilson.
Gustavo A. Madero, hermano del presidente, también es detenido, salvajemente torturado y asesinado.
El embajador Wilson, Victoriano Huerta y Félix Díaz firman el llamado Pacto de la Embajada asegurando así que Huerta sea el próximo presidente interino y convoque a elecciones.
Con las renuncias firmadas, Lascuráin se presenta ante el Congreso y asume la presidencia provisional.
Tres días después, Madero y Pino Suárez, que esperan ser conducidos fuera del país, son asesinados.
Pese a grandes desacuerdos entre los jefes revolucionarios, principalmente entre Carranza y Villa, el movimiento armado no pierde fuerza.
Sin embargo, Obregón sale con vida y lo convence para que lo acompañe a una nueva reunión entre jefes revolucionarios.
Eulalio Gutiérrez llega a Palacio Nacional e instala el gobierno de la Convención.
En la capital, anarquía, enfermedades, falta de comida y agua azotan a la población.
Con esta derrota, Villa se repliega al norte y Venustiano Carranza autoriza la persecución en contra de Emiliano Zapata.
Carranza regresa triunfante a la capital y sienta las bases de un gobierno provisional.
Su presidencia destaca por la reconstrucción de la infraestructura afectada por la guerra, por renegociar la deuda externa y por obtener el reconocimiento del gobierno estadounidense.