El delito Matteotti es una película de 1973, dirigida por Florestano Vancini.
El Superintendente, apoyado por Emilio De Bono, es en cambio informado de que el testigo ya ha comunicado a la prensa el número de patente del automóvil y que éste, si bien todavía no fue encontrado, ha sido identificado y pertenece a la cochera desde la cual se distribuye habitualmente el diario Correspondencia Italiana, del que es director Filippo Filippelli.
El primer paso es una declaración a la Cámara sobre las investigaciones ya empezadas para la recuperación del desaparecido que en cambio no convence a la oposición, la cual sostiene que Mussolini debe responder personalmente por la suerte de Matteotti, y, a pesar de las divisiones en su interior, programa una abstención de los trabajos parlamentarios, deslegitimando de ese modo las elecciones, abstención que es enseguida neutralizada por el Duce con el cierre por tiempo indeterminado de la misma.
Después un breve periodo de huida Cesare Rossi se constituye, comunicando a Del Giudice haber escrito un memorial en el cual acusa abiertamente a Mussolini del delito, mientras las oposiciones, sin los comunistas, proyectan un futuro Gobierno que nazca de una colaboración entre socialistas y populares y esto provoca las reacciones de los fascistas más extremos entre los cuales Roberto Farinacci que creen que Mussolini está demasiado inclinado a una acción exclusivamente política, augurando una segunda marcha sobre Roma con el objetivo de barrer de modo violento todos los opositores pero él, ayudado por el Cardenal Pietro Gasparri, está comenzando a actuar su todavía escondido proyecto de alejar Don Sturzo de Italia.
El descubrimiento del cadáver de Matteotti, en condiciones que desgraciadamente rinden imposible la averiguación de las causas de la muerte, renueva el desdén popular pero el régimen una vez más decide, en eso ayudado ya sea por el Vaticano, que por los empresarios y los industriales del norte que temen una nueva ola de huelgas, y a los Magistrados Del Giudice y Tancredi se les quita la instrutoria del delito que es pasada a la Comisión Senatorial, única idónea a juzgar los Ministros.