Lucas de Tuy

Quizá cuando era aún diácono escribió su primera obra, De altera vita fideique controversiis adverus Albigensium errores libri III, que algunos fechan entre 1234 y 1235 y combate la herejía albigense inspirándose en San Isidoro y Jerónimo de Estridón; la obra se conserva sólo en una copia manuscrita tardía del siglo XVII.

Allí decidió emprender otra peregrinación a Tierra Santa que lo llevó primero a Jerusalén y después a Armenia, Chipre, Grecia y Constantinopla, para regresar por Francia; en París veneró las reliquias del abad de Saint-Denis.

En 1233 o 1234 pasó la Pascua en Roma y desde 1239 hasta su muerte fue obispo de Tuy.

A petición de la reina Berenguela redactó en 1236 el Chronicon mundi, su mejor obra, una historia que abarca desde los orígenes del mundo hasta la conquista de Córdoba por Fernando III el Santo en 1236: Presenta un doble marco, universal y peninsular, se divide en cuatro partes y está redactada en un latín sencillo y accesible.

Las fuente principal es San Isidoro, que complementa con el Biclarense, Hidacio, Orosio, Alfonso III, el Silense y Sampiro, e incorpora como material histórico, al igual que la Crónica najerense, numerosas leyendas épicas, por lo cual resulta muy interesante para la historia de la literatura española y el origen de los cantares de gesta.