Un mirlo blanco advierte a Pinocho contra estas mentiras, pero el Gato se lo come.
Suplican comida o dinero, pero Pinocho los rechaza y afirma que sus desgracias les han servido bien por su maldad.
Hacia el final de la historia, Pinocho se encuentra con ellos después de haberse convertido en un niño de verdad, y aprovechando que no le reconocen debido a su nuevo aspecto, les engaña diciendo que cerca hay una fuente en la que si beben el agua (la cual momentos antes convirtió a niños, y casi a Pinocho, en burros) mientras sostienen una piedra, esta se convertirá en oro.
Al final, tras beber el agua, esta hace que Felinet termine convirtiéndose en una gata, y Volpe en un zorro.
Ambos vuelven a aparecer en la secuela directa a vídeo, Pinocho y Geppetto (1999), esta vez con Sarah Alexander en el papel de Felinet y Simon Schatzberger como Volpe.
En la historia, se les pasó el efecto de la transformación en animales, volviendo a tener un físico humano, pero sin embargo, conservando el pelaje y rasgos como las orejas y el hocico de los animales en los que se transformaron, guardando rencor a Pinocho por tener que vivir con ese aspecto.