Originariamente, Collodi no pensó en su trabajo como una obra de literatura infantil: en la versión original, Pinocho es ahorcado por sus innumerables faltas y sólo en versiones posteriores la historia obtendría su famoso final en el que la marioneta se convierte en un niño de verdad.
[1] El presidente del Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española cita entre otras cosas: «el camino correcto se alcanzaba a través del conocimiento y la sabiduría».«Lo que había sido un tronco de madera y luego una marioneta, se convirtió finalmente en una persona real, tras superar las adversidades que se le presentaron».
[3] Por lo tanto, a pesar de que los sitios web vinculados al mundo cultural masónico afirman dicha afiliación, hasta la fecha no se ha producido ninguna documentación al respecto.
[4] La historia parece estar fuertemente influenciada por la cultura alquímica, principalmente por el concepto del «homúnculo», un ser al que los alquimistas creían poder dotar de vida a partir de materia inanimada, cuyo deseo inmediato sería servir a su amo y convertirse en un ser humano real y no ser una mera imitación, lo cual encaja perfectamente con Pinocho, siendo así Geppetto la metáfora de un alquimista.
El carpintero Geppetto es un humilde hombre que siempre había deseado tener un hijo.
Antes de estar terminada, esta cobra vida inesperadamente y se convierte en un niño travieso y desobediente al que Geppetto llama Pinocho (o Pinocchio en la versión original).
Geppetto, amigo del maestro Cereza le pide una madera pues ha tenido una idea para hacer una marioneta.
Pinocho se enfada, le tira un martillo de piedra y lo mata.
Se acerca a ver que es y descubre un Gran Teatro de Marionetas.
Pinocho no hace caso del Grillo y sigue su camino hacia el monte mágico.
Pinocho corre y llega a una casa, donde hay una niña de cabellos turquesa que dice estar muerta.
Al ir hacia casa, una serpiente está tendida a lo ancho del camino.
El campesino lo recoge y le obliga a hacer de perro guardián.
No llega donde está y al ser de madera va a la deriva.
Pinocho le promete ser bueno, ir al colegio y ayudar siempre que pueda.
Pinocho va a clase, estudia y hace todo lo que le prometió al Hada.
Al llegar a la playa, Pinocho se da cuenta de que ha sido engañado.
El perro no sabe nadar, y casi se ahoga, pero Pinocho lo rescata.
Pinocho acaba en las redes de un pescador que lo considera un pescado extraño y decide freírlo.
El perro (que se llama Alidoro) lo salva de ser frito.
Pinocho vuelve a casa, pero el hada no le abre la puerta.
Por la mañana el Hada le envía un desayuno de mentira para que aprenda.
Pinocho se arrepiente profundamente y el hada decide que al día siguiente sea un niño de verdad.
El artista de circo lo pone en venta, y un hombre lo compra para hacer un tambor con la piel.
Cuando lo saca en vez de un burro tienen una marioneta, pues los peces se han comido la carne.
Pinocho se encuentra con Geppetto y preparan la huida de dentro del Tiburón.
Al nadar en el mar, Pinocho se va cansando además de llevar encima a Geppetto.
El Atún, que los imitó, les acaba de llevar a tierra.
La primera traducción al español, poco conocida, fue realizada por Luigi Bacci y publicada en Florencia en enero de 1900 por la editorial Bemporad (aparentemente por encargo del embajador argentino en Roma) con el título Piñoncito o las aventuras de un títere.
[5] En la Biblioteca Nacional de México se conserva una traducción con el mismo título que la anterior, publicada en Buenos Aires, sin fecha (ca.