En las ciencias políticas y en la economía, especialmente la economía del bienestar, eficiencia distributiva es un concepto o medida de la eficacia con la cual los bienes y servicios son distribuidos a aquellos que los necesitan u obtienen la mayor utilidad de los mismos.
Es generalmente considerado que Abba Lerner lo introdujo formalmente en su La economía del control (ver bibliografía).
[3] Como todo lo anterior sugiere, para Lerner la eficiencia distributiva demanda o requiere que los consumidores posean condiciones reales de satisfacer sus necesidades y deseos (es decir, ingresos similares) En las palabras de Lerner: «Si se considera deseable distribuir en forma eficiente un total de ingresos dado —proveer, donde sea posible, una mayor más bien que una menor utilidad marginal— ese objetivo es obtenible solo a través de una distribución del ingreso que iguale todas las utilidades marginales del ingreso... esa es la condición para la distribución eficiente de los ingresos».
Para Lerner, la distribución óptima del ingreso no es —en la práctica— totalmente igual, pero tiende a ello (ver más abajo).
La siguiente cantidad de dinero será utilizada para satisfacer la necesidad o deseo que sea el segundo favorito.
Generalmente puntos de vista deontológicos se concentran factores otros que utilidad.
Además, muchos marxistas, kantianos, y algunos libertarios (como Robert Nozick), sugieren que utilidad es, sino irrelevante como estándar moral, por lo menos no tan importante como otros principios, tales como, por ejemplo, los derechos naturales.
En situaciones reales es a menudo el caso que en muchos países la riqueza existente o la producida no es la suficiente como para proveer un nivel de vida aceptable, así, la distribución igualitaria de la renta total solo serviría —alega Lerner— para distribuir la miseria desde la mayoría a la totalidad.
Considerando todo lo anterior la propuesta práctica que Lerner sugiere consiste en un «salario mínimo» (libre de impuestos) para todos los trabajadores, junto a la libertad de los mismos para trabajar horas extras, que serían pagadas según su productividad marginal.