En 1803, cuando solo tenía dieciocho años, fue enrolado a la fuerza en la Royal Navy, el principal método de reclutamiento en esa época en la marina real británica.
Los republicanos chilenos luchaban por la independencia de España, pero Valparaíso se había descuidado durante la época colonial y era una plaza poco atractiva.
Sin embargo, si no hubiera sido por este cometido, Bransfield nunca se habría hecho famoso.
En 1773 James Cook navegó más allá del círculo polar antártico —que observó con orgullo en su diario que era «sin duda el primero que ha cruzado la línea» («undoubtedly the first that ever crossed that line»)—.
Las noticias corrieron pronto por los puertos del sur de Argentina y Chile, y muchos cazadores de mamíferos marinos partieron para aventurarse en estas aguas, incluido el marino estadounidense Nathaniel Palmer.
Cuando la noticia de su descubrimiento llegó a Valparaíso, el capitán Shirreff decidió que el asunto justificaba una mayor investigación.
Decidió realizar un flete del Williams y Shirreff asignó a Bransfield, dos cadetes y el cirujano de la nave HMS Slaney para ser enviados a estudiar las islas descubiertas.
«Tal fue el descubrimiento de la Antártida» («Such was the discovery of Antarctica»), escribe el escritor inglés Roland Huntford.
A diferencia de Bellingshausen, Bransfield descubrió formaciones geológicas inequívocas que no podían confundirse con hielo.
[1] Durante el año 2000, el Royal Mail emitió un sello conmemorativo en su honor, pero como no se podía encontrar ninguna imagen suya, el sello representaba en su lugar al RRS Bransfield, un buque de prospección antártica que lleva su nombre.