El acercamiento a este tema desde la historia reúne dichas herramientas al tiempo que presenta ejemplos del pasado muy bien estudiados.Hay tres conceptos que son indispensables para la comprensión del fenómeno: la ciencia, la comunicación y la cultura.Aquí el público es considerado pasivo y simplemente recibe el conocimiento que se le brinda.[2] En el modelo del déficit el público es concebido como carente de ciertos conocimientos científicos que debería poseer.En los modelos anteriores el flujo de información y productos es unidireccional, desde quien posee el conocimiento hacia quien no lo tiene.En varias ocasiones Galileo dedicó instrumentos de su creación a personas o instituciones que podían brindarle apoyo.Cuando perfeccionó su telescopio, lo ofreció a los regentes de Venecia, resaltando sus aplicaciones militares y navales.Tras una compleja negociación, obtuvo autorización para dedicar su obra Sidereus Nuncius a la familia de los Medici.Con esto logró pasar de la universidad a la corte, aumentar su salario y obtener reconocimiento internacional.No se limita a informar sobre química, sino que el texto está permeado por pautas del comportamiento adecuado para las señoritas de ese momento.Por ejemplo, se destaca a la mujer como espectadora pasiva de la ciencia; el texto solo pretende formar madres y esposas instruidas.Su libro titulado Primavera silenciosa (1962) pone en relieve los efectos nocivos producidos por diversos productos químicos (como plaguicidas y el DDT) en la contaminación del ambiente.Primavera silenciosa se dirigió a múltiples audiencias (urbanas y suburbanas) en diversas formas.Esto ha creado polémica dentro del campo, ya que resulta difícil llegar a un consenso para determinar el término adecuado para referirse al fenómeno.Divulgar o popularizar son los términos más utilizados e implican hacer público algún conocimiento.
Ilustración que aparece en Conversations.
Esqueleto de mamut. Figura 69 de la décima edición de Vestigios.