Con un relativamente principado y reino, Montenegro hizo sus primeros pasos hacia una economía industrial solamente a la vuelta del siglo XX.
Sin embargo, este retraso en la industrialización tuvo sus efectos positivos —Montenegro sobrevivió como un oasis ecológico específico.
En este periodo después de la II Guerra Mundial, Montenegro experimentó una rápida urbanización e industrialización.
En 1997, Milo Đukanović tomó el control del partido gobernante PSDM y comenzó a cortar lazos con Serbia.
El gobierno montenegrino adoptó el marco alemán en respuesta a la resurgente inflación, e insistió en tomar mayor control sobre el destino económico.
El gobierno estableció un plan económico de reformas a medio plazo, popularmente referido como "La Agenda".
El gobierno, con Milo Ðukanović todavía de primer ministro, culpó a Serbia del lento progreso.