Su nombre hace referencia a la villa de Arévalo, en la provincia de Ávila, cuyo castillo también fue entregado por Enrique IV al titular del ducado.
Así mismo, Pedro de Zúñiga fue I conde de Ledesma, en 1429, título que tuvo que devolver a su antiguo propietario el infante Enrique de Aragón.
Fue Álvaro de Zúñiga y Guzmán el heredero de ambos y les sucedió como II conde de Plasencia y III señor de Béjar, IV señor de Gibraleón.
En la guerra por la sucesión al trono de Castilla, tomó partido por Juana la Beltraneja, hija de Enrique IV de Castilla lo que le valió la concesión del sucado de Arévalo y el condado de Bañares.
Más tarde, cambió de bando y apoyó la candidatura de la infanta Isabel, hermana de Enrique IV, lo que le valió que en 1485 los Reyes Católicos le concedieran el ducado de Béjar y le confirmaran en el condado de Bañares.