A diferencia de muchos clanes que vieron como se les asignaba y se les quitaba han a lo largo del Periodo Edo, el clan Shimazu mantuvo su territorio intacto, y además con un gran nivel de autonomía.
Durante el resto del Periodo Edo, Satsuma exigió tributos a Ryūkyū, influyó en su política y dominó su comercio.
Esta política exigía a los señores feudales viajar a Edo al menos una vez al año, y pasar una porción del año en la capital, lejos de sus dominios.
Todas estas concesiones permitieron a Satsuma ganar mucho más poder y riqueza que el resto de dominios.
Buscando fortalecer su influencia en el shogunato, Nariakira preparó un matrimonio entre el Shogun Tokugawa Iesada y su hija adoptiva, Atsu-hime (posteriormente conocida como Tenshōin).
Hisamitsu siguió una política de Unión entre el shogunato y la corte imperial (公武合体, Kōbu gattai?).
El matrimonio entre Tokugawa Iemochi, el siguiente shogun, y la princesa imperial Kazunomiya fue un éxito rotundo para esta facción.
Mientras tanto, el centro neurálgico de la política japonesa había cambiado a Kyoto, donde sucedieron los acontecimientos más relevantes del momento.
Sin embargo, Saigo prefirió evitar el conflicto militar, permitiendo a Chōshū resolver el asunto con el Seppuku de los tres responsables del ataque al palacio Imperial.
Cuando el shogunato decidió finalmente derrotar a Chōshū en una Segunda Expedición a Chōshū, el año siguiente, Satsuma, liderada por Saigo Takamori y Ōkubo Toshimichi, decidió cambiarse de bando.
La Guerra Boshin continuó hasta que las últimas fuerzas del shogunato fueron derrotadas en 1869.