Domingo Barnés Salinas (Sevilla, 1879-Ciudad de México, 1940), político y pedagogo español, fue ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes durante la Segunda República Española.
Si Francisco Acebal fue quien creó y fomentó en Madrid la editorial La Lectura C. de Velasco y Cía., que él mismo dirigió, en ella fue redactor Domingo Barnés, el alma verdadera de la editorial La Lectura, y su influencia alcanzó a las dos colecciones que se publicaron en ella y que respectivamente respondieron a los principios institucionistas de «educar» y «regenerar»: las «bibliotecas» de Ciencia y Educación que en sus varias secciones abordaba el problema pedagógico y logró, con eficacia, satisfacer las necesidades primordiales de la enseñanza; y Clásicos Castellanos, que eran ediciones de obras de la Literatura española, pero siguiendo la metodología y el rigor filológico del Centro de Estudios Históricos, porque los responsables de estas ediciones eran eminentes filólogos formados en este organismo institucionista y colaboradores asiduos de este.
De esta colección fueron sus promotores y animadores los dos discípulos más cercanos a Ramón Menéndez Pidal, miembros de la mencionada «escuela lingüística española»: Américo Castro y Tomás Navarro Tomás.
Cuando en 1930 la editorial Espasa-Calpe adquirió la colección «Clásicos castellanos»', el pedagogo Domingo Barnés se incorporó en ella como director de esta biblioteca y tradujo hacia 1915 La escuela y la sociedad (1899) del pedagogo y filósofo John Dewey, como señaló Lorenzo Luzuriaga.
La depuración como catedrático, después de la guerra civil, sin lugar a proceso contradictorio alguno, se produjo mediante Orden Ministerial en febrero de 1939, junto a otros catedráticos: