Domenico Cunego

A los 18 años de edad se volcó en el grabado, tal vez como autodidacta, y así alcanzó la fama.

Prestó especial atención a las texturas y, para plasmarlas con mayor fidelidad, combinó las técnicas del buril y el aguafuerte, siendo uno de los primeros grabadores que lo hicieron.

Sus grabados más conocidos e influyentes fueron los que hizo reproduciendo los frescos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina.

También grabó composiciones de artistas británicos relacionados con los nobles que visitaban Italia durante el tradicional Grand Tour.

Grabó por encargo efigies de la familia real de Prusia, y viajó a Londres para producir grabados con destino a la conocida imprenta Boydell.

Apolo y Jacinto , grabado de Cunego de 1771 copiando un cuadro de Domenichino. Ejemplar conservado en la Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid .
Aquiles lamenta la muerte de Patroclo , 1764, aguafuerte