Nacido en Alloa, cuando dejó la academia de pintura de Foulis en Glasgow (1762), después de siete años de estudio, obtuvo el mecenazgo de Charles Cathcart, lord Cathcart y del Erskine de Mar, en cuyas tierras había nacido, un mecenazgo que le posibilitó viajar a Roma (1764), donde permaneció varios años ocupado principalmente en copiar a los antiguos maestros.
Entre las obras que pintó durante su estancia en Roma se encuentra el Origen de la pintura, fechada en 1775, hoy en la National Gallery de Edimburgo, en la que representó el mito de la doncella corintia, hija del alfarero Butades, que con el dibujo en la pared de la sombra de su amante antes de partir dio inicio a la ciencia del dibujo.
Las dos tablas de la academia madrileña fueron adquiridas por Carlos III con el grueso de las obras de arte capturadas en 1778 al Westmorland, el navío corsario inglés que había salido de Livorno hacia Londres con un cargamento de piezas artísticas remitidas a Gran Bretaña por aristócratas británicos en el curso de su Grand Tour y acabó su vaje en Málaga, interceptado por barcos de guerra franceses.
[1] A la vuelta de Roma en 1777, vivió un tiempo en Londres, donde se dedicó en particular a la pintura de retratos.
Allí pintó y grabó a la aguatinta una variedad de obras, entre ellas aquellas por las que es más recordado —como La boda escocesa o Danza en las Highlands— siendo destacable por su humor cómico, por el que alguna vez se le llamó el «Hogarth escocés».