El SDS actúa rompiendo enlaces no covalentes en las proteínas, desnaturalizándolas, provocando que estas moléculas proteicas pierdan su conformación nativa.
Esto ocurre porque el SDS se une a las zonas apolares del polipéptido.
De hecho, el cambio del SDS por el SLS ha contribuido eficazmente (aunque no ha puesto fin) al problema medioambiental que provocan los detergentes.
Diversas publicaciones[2][3][4] han descrito ciertas precauciones que deben tomarse al trabajar con SDS.
Entre ellas se incluyen: La American Cancer Society negó que el SDS fuera carcinógeno y apuntó que, aunque indudablemente irritante, la sustancia es peligrosa únicamente a concentraciones más altas de las empleadas en los cosméticos.