Por lo general se encuentran escritos sobre pergamino, en latín, aunque a menudo poseen secciones en lengua vernácula describiendo los límites de las propiedades, las que muchas veces se corresponden en gran medida con los límites de las parroquias actuales.
[1] Un diploma es un documento real en el cual el rey otorga derechos sobre la tierra u otros privilegios— mientras que un mandato es una instrucción (o prohibición) del rey que puede contener evidencia sobre ciertos derechos o provilegios.
El mandato era autenticado mediante un sello y en forma gradual reemplazó al diploma como evidencia de la tenencia de la tierra a finales del período anglosajón y comienzos del normando.
El documento o charter anglosajón puede presentarse en distintas formas: puede ser un alquiler (a menudo en forma de un quirógrafo), un testamento, un acuerdo, un mandato y, más comúnmente una cesión de tierras.
Nuestra comprensión se encuentra sesgada hacia aquellos relacionados con la tierra, particularmente en el período inicial (aunque la emergencia de testamentos y quirógrafos tuvo un importante auge posterior).
Algunos documentos que han llegado hasta la actualidad son copias posteriores, a veces con interpolaciones.
Los documentos anglosajones a veces eran utilizados en disputas legales, y los asientos de su contenido durante los procesos es otra de las razones por las que los textos han llegado hasta nuestros días aun cuando el original pueda haberse extraviado.
La segunda sección a menudo se encuentra escrita en Inglés Antiguo, y describe los límites de la tierra.