Doña Bárbara (personaje)

Ya el taita empezaba a mimarla: tenía quince años y era preciosa la mestiza.Durante estas lecciones, en las cuales Asdrúbal ponía gran empeño, letras que ella hacía llevándole él la mano, los acercaban demasiado.De pronto, Asdrúbal la miró a los ojos y le preguntó si sabía lo que el capitán pensaba hacer con ella, y le contó que pensaba venderla al turco Moloch de la selva cauchera.Referíase a un sirio sádico y leproso, que habitaba en el corazón de la selva orinoqueña, que había ofrecido veinte onzas por Barbarita, y que si no se llevó a cabo la venta fue porque el capitán aspiraba a mayor precio, cosa no difícil de lograr ahora, pues en obra de unos meses la muchacha se había convertido en una mujer perturbadora.Ya sólo rencores podía abrigar en su pecho y nada la complacía tanto como el espectáculo del varón debatiéndose entre las garras de las fuerzas destructoras.Pasó a un estilo de vida errante, recorriendo ríos y riachuelos muy conocidos para ella.Al conocerla, Barquero se enamora de ella inmediatamente, pero Bárbara sólo poseía animadversión hacia los hombres y en Barquero no ve sino a un enemigo a través de quien vengarse por los traumas sufridos en el pasado.El personaje de Doña Bárbara, como lo planteo Rómulo Gallegos en 1929, representa el “barbarismo” reinante en el país por aquellos días, país que se encontraba bajo la férrea dictadura de Juan Vicente Gómez y con un nivel de atraso tremendo, Doña Bárbara viene a representar todos los atropellos de la clase dominante en contra del campesinado común, combinada con las creencias populares en la brujería y otros ritos mágicos que le proporcionaban a Doña Bárbara un poder perenne.