Ella ha acumulado grandes tierras y manadas extensas de ganado usando a los hombres para su provecho personal, así como por medios ilegales, tales como el soborno a los funcionarios locales.
Él sospecha que el capataz del rancho, Balbino Paiba, ha estado trabajando de forma disimulada para Doña Bárbara a fin de poder robar sus ganados.
Los otros peones no creen que Santos sea el que le ponga bocado a las fechorías de Doña Bárbara, pero él demuestra con su excesivo manejo del caballo, que el equilibrio del poder de la región está a punto de cambiar.
Doña Bárbara tiene una hija adolescente, Marisela, nacida de su vínculo con Lorenzo Barquero, terrateniente con quien ella estuvo involucrada y al cual dejó quebrado y bajo el daño total del alcohol.
Mientras tanto, Doña Bárbara se siente atraída a Santos, pero cuando ella se entera de que su propia hija es un rival para su afecto, busca por todas las vías arruinarlos.