Las personas LGBT en Reino Unido son generalmente respetadas, aceptadas y están protegidas legalmente contra la discriminación.
Es uno de los países con mayor respeto y aceptación con respecto a la diversidad sexual.
Además permite a las personas trans cambiar su género o sexo legal.
Hay importantes comunidades gais en las grandes ciudades del Reino Unido, como Londres, Mánchester, Brighton y Birmingham.
Las ejecuciones no eran muy frecuentes pero lo suficiente para mantener el clima de terror y represión.
En 1885 se produjo una reforma de la ley, la Criminal Law Amendment Act 1885, por la cual se extendía el delito de sodomía a cualquier práctica sexual entre varones y no solo al sexo anal.
[5][6] Al comenzar los años 1950 la presión policial sobre los varones homosexuales se había reducido, pero los arrestos, denuncias y juicios seguían produciéndose, incluso de personajes famosos.
La conclusiones del comité, Report of the Departmental Committee on Homosexual, más conocido como el informe Wolfenden se publicó el 3 de septiembre de 1957 recomendando que “las prácticas homosexuales entre adultos que consintieran en privado no debía seguir siendo un delito” y que “la homosexualidad no podía legítimamente considerarse una enfermedad, porque en muchos casos era solo un síntoma y completamente compatible con una completa salud mental en los demás aspectos.” En 1957 el arzobispo de Canterbury, Dr. Geoffrey Fisher, habló a favor del informe Wolfenden Report, diciendo que "Existe el sagrado ámbito de la privacidad… en el cual la ley, hablando en general, no debe inmiscuirse.
El Lord Canciller, Lord Kilmuir, por parte del gobierno dudó sobre que la puesta en práctica de las recomendaciones tuviera el suficiente apoyo de la población y reclamando más investigación.
[8] En 1958 el ministerio de interior encargó al sociólogo Richard Hauser una encuesta a nivel nacional sobre la homosexualidad.
En 1963 se funda Minorities Research Group una organización lésbica con el objetivo de promover y difundir la investigación sobre la homosexualidad, principalmente la femenina, y dar apoyo social a las lesbianas de todo el país.
Lord Arran, el patrocinador del proyecto hizo la siguiente declaración en la tercera lectura de la ley:
Pero esto fue solo una despenalización parcial porque mantenía prohibiciones respecto a la sodomía y la indecencia.
Las dos últimas condiciones para que no se produjera delito originaban intromisiones legales inaceptables y fueron objeto del debate posterior.
Se establecía una discriminación al marcar la edad de consentimiento sexual en 21 años para los homosexuales cuando para los heterosexuales era 16.
Por todo ello organizaciones como Campaign for Homosexual Equality y el Gay Liberation Front continuaron luchando para conseguir la total igualdad.
Hubo mucha confusión respecto a lo que realmente prohibía la sección 28, y si los gobiernos locales podían apoyar cualquier material o actividad, ya fueran folletos, libros, obras de teatro etc., que mostrasen o explicaran la homosexualidad.
La parlamentaria del partido conservador Edwina Currie propuso una enmienda para equiparar la edad de consentimiento sexual a 16 años.
La propuesta fue apoyada por muchos miembros del partido laborista, incluido Tony Blair que dijo:
Cuando se produjo la segunda lectura en la cámara de los lores quedó definitivamente aprobada la enmienda por 290 a 247.
Ann Keen propuso la enmienda que rebajaba a 16 la edad de consentimiento.
Al comienzo del siglo XXI se promulgaron varias leyes que garantizaron la igualdad en la legislación británica.