[2] Adicional al matrimonio, los hogares formados por parejas del mismo sexo pueden proceder a formar una unión de hecho, misma que les da todas las protecciones sociales y legales disponibles para las parejas heterosexuales casadas a excepción de la adopción de hijos en pareja.[6] Ugalde también se ha referido a figurillas arqueológicas de la Cultura Tumaco-La Tolita que muestran personas con vestimenta masculina pero que a la vez poseen marcadas características físicas femeninas.El arqueólogo Andrea Brezzi ha explicado la existencia de estas figurillas aseverando que probablemente habían sido realizadas en el mismo molde en que se hacían las figurillas femeninas para ahorrar trabajo, aunque el hecho de que existieran moldes específicos para crear figurillas masculinas vuelve menos factible esta explicación.[11] La edad de consentimiento en Ecuador es a los 14 años, sin importar género u orientación sexual.[49][50][51] Sin embargo, tres días después su petición de matrimonio fue negada, alegando las mismas razones dadas a la primera pareja.[58] En cuanto a los resultados por cantones, el censo reveló que los que tenían mayor cantidad de personas abiertamente LGBT eran los siguientes:[60] Una comunidad LGBTI considerable se ha desarrollado en las ciudades de Quito y Guayaquil.[61] Desde la década pasada se han organizado marchas de orgullo LGBTI en todas las grandes ciudades, las que han contado con la autorización de las autoridades y con protección policial, en adición a su participación.En la marcha del año 2011 en Guayaquil, por ejemplo, entre los asistentes a la misma estuvieron la viceprefecta de la provincia, Luzmila Nicolalde, el concejal municipal Gino Molinari, y la asambleísta nacional Gina Godoy; todo esto mientras la banda de la policía entonaba canciones tradicionales.[63][64] También se han organizado festivales de cine LGBTI en las principales ciudades.[65] En 2012, el presidente Rafael Correa eligió a Carina Vance Mafla, una activista lesbiana, como la ministra de salud del país.[66] En lo social, en el país la tolerancia es cada vez más presente, sobre todo en las generaciones jóvenes.En ciudades como Guayaquil y Quito la comunidad LGBTI ha logrado una importante presencia en la vida diaria de la ciudad.En Guayaquil son frecuentes los paseos de parejas y amigos LGBTI por la av.El grupo aseguró que estas clínicas torturaban y abusaban de los pacientes en un esfuerzo para "curarlos".[69] Al menos un par de padres descubrió los abusos y pidió a una de las clínicas que libere a su hija, Paola Ziritti, pero no les hicieron caso.[74] La literatura LGBTI en Ecuador tuvo su exponente más antiguo en 1926, año en que el escritor lojano Pablo Palacio publicó el cuento Un hombre muerto a puntapiés, considerado como la primera obra literaria ecuatoriana en tratar abiertamente el tema de la homosexualidad.Unos ańos más tarde, en 1930, el guayaquileño Joaquín Gallegos Lara publicó el cuento Al subir el aguaje, que se convirtió a su vez en la primera obra ecuatoriana en retratar la homosexualidad femenina.[78] Entre las obras literarias ecuatorianas más destacadas con temáticas LGBTI, además de los cuentos de Palacio y de Gallegos Lara, se encuentran obras como Por qué Jesús no vuelve (Benjamín Carrión, 1963), Angelote, amor mío (Javier Vásconez, 1982), Fiesta de solitarios (Raúl Vallejo, 1992), Salvo el calvario (Lucrecia Maldonado, 2005), Eses fatales (Sonia Manzano, 2005) y Gabriel(a) (Raúl Vallejo, 2019).[79][80][81] La representación de personajes LGBTI o tramas relacionadas con la diversidad sexual en el cine ecuatoriano fue considerada polémica hasta principios del siglo XXI.El cómic contó con siete números y tuvo un tiraje de mil ejemplares cada uno.