Dispersión (física)

Todos los medios materiales son más o menos dispersivos, y la dispersión afecta a todas las ondas; por ejemplo, a las ondas sonoras que se desplazan a través de la atmósfera, a las ondas de radio que atraviesan el espacio interestelar o a la luz que atraviesa el agua, el vidrio o el aire.De esta manera, los rayos rojos son menos desviados que los violáceos y el haz primitivo de luz blanca, así ensanchado por el prisma, se convierte en un espectro electromagnético en el cual las radiaciones coloreadas se hallan expuestas sin solución de continuidad, en el orden de su longitud de onda, que es el de los siete colores ya propuestos por Isaac Newton: violeta, índigo, azul, verde, amarillo, anaranjado y rojo (Así como, en ambos extremos del espectro, el ultravioleta y el infrarrojo, que no son directamente visibles por el ojo humano, pero que impresionan las placas fotográficas).Es sabido desde la antigüedad que la luz solar, al pasar por cristales transparentes o joyas de varias clases, produce brillantes colores.Así la dispersión óptica se puede obtener mediante prismas trasparentes (de vidrio, plástico, u otro material) o bien por rejillas de difracción.El arcoíris, el halo y los espejismos son fotometeoros, causados por la dispersión de la luz por las gotitas de agua o los finísimos cristales de hielo que contenga la atmósfera en aquella zona donde se produzcan estos fenómenos.
Dispersión de la luz en dos prismas de distinto material.