Inició sus estudios en Murcia gracias a una beca en el Seminario Mayor de San Fulgencio, donde estudió filosofía, teología y jurisprudencia y tradujo varias epístolas del griego.
Diego Clemencín redactó por entonces distintos proyectos generales de Instrucción pública (como el Informe Quintana[3]) que se presentaron a las distintas legislaturas sin que en la práctica entraran en vigor, hasta que el 7 de noviembre de 1822 se inauguró la Universidad Central de Madrid.
Tras el regreso del absolutismo fue despojado de sus cargos hasta que Rafael del Riego hace triunfar la revolución en 1820 y en 1822 vuelve a ser diputado por Murcia.
[1] Fue desterrado de Madrid y no pudo regresar hasta 1827.
La crítica de Clemencín interpretó de forma ahistórica el texto, siempre desde postulados neoclásicos excesivamente idealizantes, por lo cual creyó que el texto estaba a veces descuidado y mal escrito, sin notar las transposiciones frecuentes en la lengua de la época.