La desratización[1][2] es el conjunto de medidas y técnicas destinadas al control, ahuyentar y/o eliminación de roedores, especialmente ratas o ratones, en entornos urbanos, industriales y agrícolas.
Dentro del plan de acción también se puede dividir en varias etapas, entre ellas las más comunes son: 1.
Elección de la técnica: Trampas, como las ratoneras, Rodenticidas, fumigación, etc.. 4.
Y en su defecto, incineración del animal para prevenir posibles zoonosis una vez neutralizado.
Eliminar los factores que favorecen la proliferación de roedores es un paso clave en la prevención.
Estos últimos suelen ser anticoagulantes que, en algunos casos, poseen aplicaciones clínicas en humanos (warfarina).
Estos productos deben ser aplicados por profesionales en control de plagas.
La desratización es fundamental para prevenir daños económicos y para la salud pública.
[3] La leptospirosis, la peste bubónica, los hantavirus y la Toxoplasmosis, son ejemplos de enfermedades transmitidas por ratas que pueden representar riesgos para la salud humana.