Ningún otro órgano del cuerpo humano muestra un número tan alto de procesos morbosos como la piel.
Las enfermedades de la piel pueden deberse a muchas causas, en ocasiones existe una predisposición genética, por ejemplo en la psoriasis.
Algunas enfermedades de la piel están producidas por infecciones por bacterias, virus u hongos.
Pueden utilizarse numerosos procedimientos auxiliares para confirmar el diagnóstico, entre ellos los siguientes:[2] Las lesiones elementales se dividen en dos grupos: primarias y secundarias.
Las primarias son los cambios que se producen sobre piel sana y no están modificados por la evolución del proceso.