Junto con Rudolf Michael Schmitz (Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote) fundó en 2000/2001 el anuario Doctor Angelicus.
Große Leitmotive der thomistischen Synthese und ihre Aktualität für die Gegenwart («Tomismo.
Según Berger, la razón principal o última que provocó su salida fue una declaración del obispo Franz-Josef Overbeck sobre la pecaminosidad de la homosexualidad realizada en el programa de televisión Anne Will.
[19] [20] David Berger es un representante del neotomismo[21][22] y fue considerado durante mucho tiempo como vehemente enemigo de la teología de Karl Rahner y sus discípulos.
Berger es editor del anuario internacional de tomística Doctor Angelicus, cofundada por él, pero que no ha sido publicada desde 2007, y fue editor y director de 2003 a 2010 de la revista fundada por Wilhelm Schamoni, Theologisches: Katholische Monatsschrift.
David Berger mismo habló sobre la relevancia del tomismo con las siguientes palabras:
[1] Desde su salida del armario y la publicación de su libro Der heilige Schein, Berger se ha ocupado sobre todo con la posición de la Iglesia católica frente a la homosexualidad.
[25] Desde la subida al trono de Benedicto XVI, Berger se ha posicionado contra lo que llama «tradicionalismo vulgar» de la Hermandad Sacerdotal San Pío X y del blog católico de extrema derecha kreuz.net,[26][27][28] a los que creía relacionados.
[33] Berger defiende la tesis de que kreutz.net sólo representa la forma extrema del giro conservador realizado por la Iglesia católica.
[44] En su libro Der heilige Schein: Als schwuler Theologe in der katholischen Kirche («La santa hipocresía: en la Iglesia católica como teólogo gay»; el título es un juego de palabras entre Heiligenschein como «aureola» y heilige Schein, «santa apariencia», en la que Schein toma el significado de «hipocresía» o «falsa apariencia»), que fue reeditado en tres ocasiones en las primeras seis semanas tras su aparición, Berger analiza de forma crítica el trato que la Iglesia católica da a la homosexualidad.
Desde 2005 la Iglesia prohíbe explícitamente a los homosexuales la entrada al sacerdocio, lo que es empleado por los superiores para mantener a los curas leales, lo que en el contexto de la Iglesia de Benedicto XVI significaba ser conservadores.
Acusó a Berger de proyectar en su obra sobre otras personas aquella «santa hipocresía» que él vivió durante tanto tiempo.