Daniel Maffei

Ha vivido durante muchos años en una casa frente a la sede social del Club Belgrano, la institución de sus amores.

Algunos nombres de aquella gesta encabezada por Maffei: Martin, Gallo, Armelini, Maya, Tarico, Zachary Cooper y Lattanzio.

Los porteños se quedarían con la serie 3-0 y, nuevamente, Belgrano debió disputar la permanencia aunque en esta oportunidad resolvió rápido su destino al derrotar 3-2 a Olimpia de Venado Tuerto, conservando así la categoría.

Los tigres de Sunchales venían de ascender la temporada pasada y la idea era armar un equipo competitivo, por lo que se permitieron invertir en el fichaje del talentoso base Facundo Sucatzky y el experimentado Claudio Farabello.

Pero el tercero, en Mar del Plata, lo perdieron y se lesionó otro extranjero: Evric Gray (rotura de ligamentos en la rodilla derecha).

[12]​ Estudiantes de Olavarría había superado a Boca Juniors en la otra semifinal y sería el rival.

Previamente, Fuerza Regia chocó en los playoffs con la Ola Roja del Distrito Federal, y los monteregianos se impusieron con autoridad.

La dirigencia del rival capitalino, ni bien se consumó su eliminación, supo que quería a Maffei en el banquillo de su equipo y así procedieron, contratando al Loro para la temporada 2003.

[18]​ Maffei no les falló y cumplió el objetivo fijado por sus nuevos patrones: alcanzar la final, pese a completar una fase regular ídem (5.º lugar, 18-15).

Mientras tanto, en San Nicolás, ante la delicada situación en la tabla (penúltimo, en zona de descenso) Belgrano se quedaba sin técnico por la renuncia de Pablo Dastugue, quién había estado a cargo del equipo desde que Maffei se marchó.

Belgrano fichó entonces a Eduardo Cadillac, pero su gestión no tuvo éxito y fue despedido seis meses después.

[29]​ Como el club no tenía los medios económicos para equiparar los contratos que Maffei podía encontrar en el exterior, llegó a un acuerdo con la dirigencia para firmar un contrato breve, hasta la finalización de la temporada entonces en curso.

[31]​ Sin embargo, una seguidilla de cinco derrotas -algunas de ellas que tranquilamente pudieron haber sido triunfos (como contra River y Boca en San Nicolás)- complicaron aún más el panorama en la lucha por el descenso, una agonía que se alargó con triunfos en Mar del Plata frente a Quilmes y en Sunchales contra Libertad.

[32]​[33]​ Entre derrotas que se sucedían sobre el cierre de los partidos -y un susto final cuando debió esperar el resultado del clásico de Junín y confirmar la derrota de Argentino para lograr la permanencia, tras no haberle podido ganar a River- llegó finalmente la satisfacción del objetivo cumplido, aunque el sabor fue agridulce por la forma en que se logró.

[37]​ Mientras tanto, en la competencia FIBA más importante a nivel clubes de Asia del año (Asia Champions Cup, disputada en Kuwait), Al Ittihad alcanzó las semifinales pero cayó 83-86 contra los sirios de Al Jalaa y luego perdió también el partido por el tercer puesto.

[39]​ La segunda temporada al mando del club no fue fructífera, y no se renovó su contrato, pasando a firmar un convenio para entrenar al club ASU de la jordana ciudad de Amán.

[46]​ El equipo militaba en la segunda división y había clasificado para el TNA 1, la segunda fase del campeonato en donde se agrupaban los ocho primeros de la fase regular, pero no obtuvo buenos resultados y terminó último.

[48]​[49]​ Su destino fue Dubái, a donde se marchó para dirigir la plantilla del club Al Wasl pero allí tampoco se quedó mucho tiempo, ya que en marzo de 2010 viajó a Venezuela contratado por Bucaneros de la Guaira.

[51]​ El plantel que se conformó lo integraron estos jugadores: Nicolás Ferreyra, Dragan Capitanich, Gregorio Eseverri, Mario Sepúlveda, Facundo Piñero, Phillip Hopson, Maximiliano Iturrioz, Pablo Espinoza, Leonardo Pomare, Ignacio Alessio, y Esteban López.

[58]​ Nuevamente, el entrenador escogió Medio Oriente para continuar con su carrera y rubricó en febrero de 2012 un convenio en Bahrain para dirigir a Manama Club hasta el final de la temporada en la isla, en mayo.