El diseñador es desconocido, aunque generalmente se le atribuye al artista Gilbert Stuart.
La modelo también es desconocida, aunque se cree que fue Ann Willing Bingham.
Los funcionarios creyeron de forma errónea que los últimos dólares acuñados llevaban la fecha de 1804, lo que los llevó a utilizar esa fecha en lugar del año en la que las monedas fueron acuñadas.
[4] También es posible que el diseño del dólar de cabello suelto se haya suspendido debido a la fuerte desaprobación de la opinión pública.
[5] Después de su aprobación, los diseños fueron enviados al artista John Eckstein a para crear los modelos en yeso,[5] los que se utilizaron como guía para cortar los troqueles, acción que se realizaba de forma manual.
[9] En la misiva mencionó el estándar de plata no autorizado y sugirió que el Congreso les instara a utilizar el estándar oficial, lo que no se realizó.
[9] En respuesta a la carta de Saussure, Washington expresó su descontento con la renuncia, y declaró que había visto su permanencia en el cargo con «plena satisfacción».
[9] La persona elegida para ocupar el puesto fue el excongresista Elias Boudinot.
[11] Se estima que aproximadamente 42 000 dólares fueron acuñados con el diseño del busto drapeado.
[21] En 1834 Edmund Roberts fue seleccionado como representante comercial estadounidense en Asia, incluyendo los reinos de Mascate y Siam.
[22] Dado que creían que la última emisión databa de 1804, se decidió acuñar las monedas de presentación con esa fecha también.
No se sabe por qué no se utilizó la fecha actualizada, pero R. W. Julian sugiere que esto se hizo para evitar que los coleccionistas de monedas pudieran enfadarse por el hecho de la imposibilidad de obtener esas monedas con la fecha nueva.
[22] Pronto el viaje de Roberts se amplió a Cochinchina y Japón, por lo que dos series adicionales fueron fabricadas.
[23] Roberts se enfermó en Bangkok y fue llevado a Macao, donde murió en junio de 1835.
[26] Cuando se descubrió esto, Snowden recuperó varias de las monedas.
[24][26] A finales del siglo XIX el dólar de 1804 se había convertido en la más famosa y polémica de todas las monedas estadounidenses.
[29] Las monedas continuaron ganando popularidad a lo largo del siglo XX, y el precio alcanzó su punto más alto en 1999, cuando un ejemplar en muy buen estado de conservación se vendió en una subasta por 4 140 000 dólares.