Si bien, el historiador Juan Bethencourt Alfonso y el intelectual Elías González Espínola coinciden en el hecho de que Dácil era hija de Bencomo y que tuvo al menos una hermana, María.
Así, sería Catalina Bencomo y no Dácil, la persona en la que se habría inspirado Viana para el personaje de su poema.
[7][9] Viana representa a Dácil como una mujer rubia y de ojos verdes que era considerada muy bella, siendo admirada por ello en toda la isla.
Sin embargo, los rumores de que ellos habían hablado a solas, una práctica prohibida por la ley guanche, se extendió rápidamente.
Tras explicarles que Dácil había hablado a solas con un hombre que era, además, un castellano, y por tanto enemigo de su tierra y de su gente, Bencomo se vio obligado a encarcelarla para cumplir con la ley.