A partir de esta interpretación, Irigoyen traduce "Curuzú Cuatiá" como "Cruz grabada".Ambas poblaciones comenzaron su expansión y a fines del siglo XVIII se suscitó un problema jurisdiccional entre los cabildos de la ambas por las tierras que pertenecen al departamento de Curuzú Cuatiá.Estas tierras eran conocidas desde tiempos muy lejanos por los guaraníes, quienes le dieron el nombre de Curuzú Cuatiá.Sobre los interfluvios secos del Paiubre vivieron varios pueblos indígenas errantes: mepenes, mocoretaes, guayquirarog, arubaí y cáingangs.Existía en estas tierras una cruz grande con letras, que con el paso del tiempo y las quemazones se fueron borrando, aunque en 1781 aún había vestigios, desde allí, pues (decía el escrito) acordaron los de Corrientes con los de Yapeyú hacer un cordón con nueve algarrobos, dichos árboles servirían de líneas divisorias a ambas pertenencias.El cabildo de Corrientes quedaba a cargo del nuevo pueblo.El resto es población de carácter rural, dispersa o asentada en pequeñas localidades.Las condiciones del terreno y el clima favorecen el cultivo de arroz.
Plaza Belgrano, en Curuzú Cuatiá.
Monumento a los caídos en Malvinas (Curuzú Cuatiá).
Estación Curuzú Cuatiá Central, del ferrocarril Urquiza.
Puente de la Ruta Provincial 126 sobre el río Miriñay (límite entre los departamentos correntinos de Curuzú Cuatiá y Paso de los Libres).