Esta zona se encuentra principalmente en el departamento del Beni, en la Amazonía boliviana.
La amplitud del espacio temporal, así como la diversidad arquitectónica apreciable en la disposición de las yacimientos, hacen natural suponer que en este amplio espacio hayan prosperado y coexistido una diversidad de culturas.
[2] Los Llanos se encuentran principalmente en la cuenca hidrográfica del río Mamoré.
[3] Datos más recientes obtenidos mediante tecnología LiDAR han permitido realizar evaluaciones en un tiempo considerablemente menor que el que habría requerido la arqueología tradicional para demostrar la inexactitud de esta idea errónea.
Los datos LiDAR revelan construcciones realizadas por los habitantes que superaron las deficiencias naturales de la región.
Al mismo tiempo, algunas pozas profundas pudieron utilizarse para desarrollar una acuacultura permanente, más allá de la estación lluviosa.
[7] En el siglo XIII se edificaron en esta región numerosas plataformas con formas geométricas regulares tales como rectángulos intercalados, rombos, hexágonos y círculos, también figuras antropomorfas y zoomorfas gigantescas por lo que los investigadores las consideran geoglifos dotados de función simbólica, equiparables y hasta superables de algún modo a las célebres figuras de Nazca, en Perú.
[6] Para ilustrar la diversidad cultural, en la zona del alto Xingú los arqueólogos detectan un patrón urbanístico peculiar, no concentrado sino distribuido.
[cita requerida] Hacia el año 1964 el geógrafo William Denevan se interesó por las curiosas siluetas de las lomas que (en ocasiones, gracias a la deforestación parcial) se podían observar desde aviones o en fotografías aéreas, por lo que fue a indagar su significado.